martes, 24 de junio de 2008

El baúl de la escritura de cuentos

1. Resiliencia y creatividad: El baúl de la escritura de cuentos.

En muchos casos, las consecuencias de atravesar por una situación traumática afectan notablemente la capacidad de soñar y de jugar, que es propia de la niñez. Según Opción Legal, la creatividad es concebida como el conjunto de capacidades que permite generar conceptos, percepciones, hipótesis, posibilidades y productos innovadores. El pensamiento creativo, por ende, asociado a la creatividad, se puede promover activando varios de los aspectos que lo componen, entre otros:

· La “receptividad” o disponibilidad para explorar.
· La flexibilidad o capacidad para ver y percibir un problema desde diferentes ángulos.
· La fluidez o capacidad para construir nuevos conceptos o imágenes.
· La originalidad, entendida como la capacidad de construir ideas u ocurrencias por fuera de lo acostumbrado.
· La capacidad para establecer conexiones no obvias entre distintos hechos.
· La representación o capacidad para concretar las ideas en propuestas, ideas o soluciones.

El desarrollo de estas habilidades, facilita en los estudiantes en situaciones de vulnerabilidad, enfrentar una vida personal, familiar, escolar y social llena de problemas. Para esto, la comunidad educativa juega un papel importantísimo, ya que la realidad puede ser transformada por la manera en que el maestro y la institución educativa perciben y generan relaciones con sus estudiantes.

Un niño creativo necesita formar parte de un ambiente que lo reconozca como tal, Así mismo, un niño resiliente necesita ser aceptado por un entorno que estimule esa cualidad. En pocas palabras, un estudiante en situación de desplazamiento puede ser creativo y resiliente, siempre y cuando existan docentes e instituciones educativas que lo perciban y aliente. El docente y la institución educativa pueden activar la creatividad en el aula impulsando:

· El desarrollo de la percepción a través del ejercicio de la fantasía, la ficción, la utopía y la imaginación.
· El apoyo sin reservas a las iniciativas de conocimiento de los estudiantes sin importar que se salgan un poco del tema.
· La promoción de la autoevaluación guiada, la cual permita al alumno detectar fallas y aciertos, y comprender la necesidad de implementar correctivos.
· La promoción de formas libres y espontáneas de comunicación.
· La construcción de ambientes de aprendizaje en los que se pueda cometer errores.

Objetivos.

· Emplear la comunicación como estrategia para generar resiliencia en la institución educativa.
· Desarrollar formas de comunicación, creativas y alternativas, entre los estudiantes.


Primer momento.

El docente explicará a los estudiantes lo importante que es escribir de manera autónoma y creativa. El objetivo de esta actividad es que los niños y niñas creen una narración fantástica, contada de manera sencilla. Para este ejercicio, se utilizará una técnica llamada “binomio fantástico” tomada del libro Gramática de la fantasía, del escritor italiano Gianni Rodari.

El grupo será dividido en dos equipos iguales, A y B, de acuerdo con el orden de los estudiantes de la lista. Cada uno de los integrantes del equipo A tendrá que escribir en una hoja el nombre de un objeto animado (perro, pez, gusano, bruja, vaca, pulpo, oso, tiburón, dragón, bailarina, etc.). A su vez, cada uno de los estudiantes del grupo B hará lo mismo, pero con objetos inanimados (armario, máquina de afeitar, playa, gafas, corrector, lápiz, refrigerio, palo, potrero, burbujas, etc.). Después, se arman parejas de palabras (binomios) y se escriben en el tablero.

Es importante que el maestro identifique qué pareja de palabras hace emocionar o reír a los niños y niñas, y, además, que les permita seguir construyendo los ejemplos que deseen. Finalmente, con la participación de todo el grupo, se escoge el binomio de palabras más sugerente y llamativo para todos. Si no es posible este consenso, los estudiantes podrán escoger la pareja que más les agrade. El objetivo es que escriban un cuento a partir de este dúo de términos.

Segundo momento.

Para incentivar la elaboración del cuento, el profesor tiene que formular la siguiente pregunta creativa o hipótesis fantástica: ¿Qué pasaría si___ se encontrará con _____? Por ejemplo, ¿Qué pasaría si el perro se encontrara con un armario?, ¿Qué pasaría si el pez se encontrara con una máquina de afeitar?, ¿Qué pasaría si el gusano se encontrara con una playa?, o ¿Qué pasaría si el pulpo se encontrara con unas gafas?.

En dos hojas tamaño carta, los alumnos y alumnas escribirán una historia a partir del binomio fantástico seleccionado en clase. Hay que tener en cuenta que, para el desarrollo del ejercicio debe haber suficiente tiempo. No se recomienda exigir una extensión específica. En caso de que algunos niños o niñas no quieran escribir, se propondrá que narren su historia primero oralmente, y luego por escrito. En caso de que no dominen aún la escritura, pueden utilizar otros recursos, por ejemplo, dibujos. Finalmente, se dará un espacio para que todos cuenten lo que escribieron.

Tercer momento.

El siguiente paso consiste en ilustrar el cuento, teniendo en mente personajes y acciones. Como variación, se puede hacer que cada alumno y alumna, ilustre lo que percibió en otras historias.

Cuarto momento.

Una vez escritos e ilustrados los cuentos, se debe dar paso a la lectura en voz alta de todos los textos. El docente tiene que animar a los niños, para que lean su cuento, y, cuando esto ocurra, es conveniente que recalque lo más significativo de la historia, el tipo de lenguaje utilizado, la estructura, la creatividad, y las acciones.

Quinto momento.

Los cuentos serán exhibidos en las paredes del salón, para que otros niños, de otros salones incluso, lean la producción literaria de sus compañeros. Después, tienen que escribir lo que sintieron al leer la historia de otra persona. El docente debe tener muy en cuenta la reacción de los estudiantes al enfrentarse con la obra de un compañero, así como también, la calidad de los comentarios hechos. Preguntas como ¿Qué sienten al ver que otros los leen?, serán resueltas en ese momento. Este tipo de experiencias resulta muy estimulantes para los estudiantes, ya que sienten el reconocimiento de su trabajo por parte de la comunidad educativa.

Sexto momento.

Mientras el docente llena el baúl con todos los relatos, puede hacer las siguientes preguntas: ¿qué sintieron ustedes al realizar esta actividad?,
¿creen que este ejercicio permite crear nuevas formas de comunicación?; algunas preguntas, más enfocadas a la temática de la resiliencia, pueden ser: ¿Cuántos y cuáles cuentos resolvieron mejor el conflicto? ¿Qué textos tienen final feliz y llegaron a una solución satisfactoria de la situación? ¿Qué cuentos se volvieron trágicos, tristes o negativos? ¿Cómo podrían cambiar esta situación? ¿Qué cuentos se volvieron trágicos, tristes o negativos? ¿Cómo podrían cambiar esta situación? ¿Qué nuevas esperanzas se les pueden dar a los personajes de las historias para que cambien su mirada del mundo?

Evaluación.

Una vez leídos con detenimiento los cuentos escritos por los estudiantes, es importante determinar las temáticas que plantean y el grado de creatividad alcanzado.

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